domingo, 16 de abril de 2017

Limón.



Aquella noche fuimos eternos. Pero todo quedó en aquellos besos que nos dábamos entre sábanas. ¿Recuerdas la manía que tenías de retirarme el fleco antes de inundar tu mano en mi piel? acto seguido, te acercabas: no muy rápido, ya conocías lo inseguro que era, y por consiguiente, las olas rompían. La banda sonora del oleaje siempre era bienvenida. Pero algo empezó a fallar. El rompeolas empezó a desgastarse. ¿Cómo podía afrontar el día sin ver el amanecer que se dibuja en tus ojos cada mañana? nuestro manantial se marchitaba. Nuestro sonido no era armónico. Y empezaste a ahogarme de manera aterradora. Pero como todo recipiente que se ahoga, se desborda. Intentamos volver a recuperar nuestro vínculo, intentar coincidir nuestra desembocadura... sin embargo, tu ya habías elegido otro cauce.
Aquella noche fuimos eternos. O quizás solo me ahogaba. Una vez más.


I will love you... unconditionally.


No hay comentarios:

Publicar un comentario